Génesis
El ocultar es el punto focal de mi historia, me he pasado la vida entera ocultando esa sensación tan molesta pero satisfactoria que me ataca cada que estoy con ella, aquel sentimiento tan brutal y devastador que nace al estar lejos de ella, no sé si es amor o simplemente el capricho de un niño de 12 años ¿y de quien más? pues apenas tengo 12 años.
Ella se llama Génesis, eso la define completamente, es el origen de todo. Es exacta en sus tiempos, no es tan apresurada como Frida, pero tampoco es tan tardía como Helena, sólo es Génesis, Génesis de mis delirios, delitos y velas nocturnas. En su pequeño cuerpo nace el universo; en su piel se crea el día y la noche, un tono oscuro que de manera groseramente bella evita caer en la sombra; sus ojos, verdes siempre, expresan todas aquellas aguas que por culpa de un error divino nos dotan de vida; su cabellera, fértil y fuerte, como toda la vegetación en un pasado; todas sus manchas, sus lunares, aquellas cicatrices que crean la pequeña sensación de ver en cada una un astro nuevo y la historia del mismo; en ella nace toda la vida, llena de ninfas, dioses, hadas, ogros y elfos; y su descanso, a pesar de toda la creación que se genera en su cuerpo, hay un momento específico en el que ella descansa, en el que ella sólo existe, contemplando su creación, admirando el Génesis.
Muchos de mis amigos dicen que le hable, que haga algo, que tengo todas las de ganar. Nunca le he dirigido palabra alguna, solo la contemplo, aprendo de su alegría y su estupor, aparte, aún cuando quisiera hablarle no lograría nada. Si algo he aprendido bien, es que los hombres de mi familia no somos buenos en cuanto a amor concierne, me lo dijo mi padre cuando rechazaron a mi hermano mayor, “las sirenas y nuestra familia parecen estar peleados, cada que uno de nosotros es seducido por su hermoso canto ellas escapan, yo creo que están a dieta”.
Escribo esto mientras la contemplo, mientras ella está poniendo atención a clase, pero al mismo tiempo existe en otro mundo, cuando ella está aquí pero (como dice un poeta del cual no recuerdo el nombre) al mismo tiempo, al callar, esta como ausente. Entra su hermana mayor, claramente la belleza es algo que trae en la sangre su familia, habla con la profesora y le pide permiso para hablar con Génesis. Génesis sale. Regresa, tiene la cara totalmente roja, aunque se sigue viendo hermosa ella tiene un problema, no sé qué ocurrió, nadie le pone atención, creo que soy el único que sigue sus pasos a todas horas. Se sienta en la butaca, toma su libreta y su pluma, escribe rápidamente, guarda todas sus cosas y carga su mochila. Cruza el salón rápidamente, pero no para ir a la salida, es para acercarse, no me percaté que tenía la vista dirigida hacia mí hasta que estuvo a 3 pasos de mi lugar.
Llega rápidamente, deja una hoja doblada sobre la tabla de mi asiento, no sé qué hacer, en menos del tiempo que tardé en procesar todo lo sucedido, ella salió, aunque tarde, sabía qué contenía la carta, sabía que era lo que quería decir. Perdí todo. Al recobrar los sentidos, sabía lo qué tenía que hacer, salí rápidamente con la misiva en mano, ni siquiera di aviso alguno, fui tras ella, me dirigí directamente hacia la salida. No la encontré, ella había partido, no la vi nunca más.
Leí su carta.
Génesis.
