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Solidaridad efervescente El otro lado del sismo


Foto propiedad de La Jornada

Ya ha pasado una semana del sismo que cambió la vida de muchos; la tierra ante nuestros pies se sacudió de tal forma que hizo pensar que aquellos serían los últimos instantes de nuestra existencia y que no habría salvación para ninguno.

Con una magnitud de 7.1 grados en la escala Richter, y epicentro a 12 kilómetros al sureste de Axochiapan, Morelos, en el límite con el estado de Puebla, el sismo ocurrido el día 19 de septiembre dejó su huella en la historia mexicana para siempre. Ya que luego de que azotara con tal fiereza principalmente en la CDMX, Morelos, Oaxaca y Puebla, lo que sucedió al día siguiente fue mucho más sorprendente que el temblor.

Hordas de gente acudiendo al llamado de auxilio de aquellos que lo habían perdido todo, jóvenes en su mayoría. Los denominados millenials, a quienes antes de la tragedia se les había perdido toda fe y esperanza de que hicieran de éste un mejor mundo y de quienes se pensaba que la mayor muestra de apoyo social a la cuál podían aspirar era una hoja virtual con “firmas” para “cambiar” al mundo del otro lado del computador, dejaron perpleja a la sociedad mexicana desde el primer momento en el que se necesitó ayuda. Los jóvenes demostraron que cuando se necesita, cualquiera puede quitar cientos de rocas y sujetar la mano del otro para salvarle la vida.

Empatía, ese valor del que ya casi no se escucha en las escuelas y que tanta falta le hace a México, se exhalaba en las brigadas de rescate, de remoción de escombros y en cada centro de acopio en el país. Podía verse en cada esquina, desde aquellos que donaban víveres para quien lo necesitara, hasta los que pasaron más de 24 horas dando sudor y sangre para rescatar de las ruinas a quienes no pudieron salir siquiera de sus propias casas antes de que estas quedaran seriamente afectadas o destruidas por completo.

Pero como ya está se acostumbrado en nuestra actualidad, los medios de comunicación tenían la batuta de todo el movimiento que se estaba organizando. Los reflectores estaban puestos en su mayoría sobre la capital, se transmitían imágenes de La Condesa, Xochimilco y Coapa, devastados por el sismo y se mantenía una cobertura continua de éstos espacios.

En las redes, sociales aunque sí se podían ver imágenes de otros lugares afectados, ocurrió lo mismo que en la televisión, dándole prioridad a ciertas zonas que a otras (cabe aclarar que esto no significa que no dejaran de necesitar la ayuda).

En Xochimilco, por ejemplo, luego de que se difundiera de manera masiva por redes sociales que se necesitaba ayuda, el colectivo acudió, y una vez dando abasto, la operación lejos de progresar comenzó a entorpecer. Sin omitir que los demás lugares afectados se quedaron con poca o ninguna ayuda por parte de la sociedad civil.

Caso mismo es el de Morelos, en el que pocos voluntarios acudieron al llamado de auxilio, pero que luego de tener una respuesta intensa a través de Twitter incluso el mismo presidente acudió en “apoyo” a la población afectada, y le procedió una multitud de gente a poner manos y víveres a los afectados.

Por otro lado, Cuajimalpa, siendo de los lugares más afectados contaba con brigadas de 50 personas. Siendo que se necesitaban recoger escombros de 124 casas que perecieron, y en espera de muchas más que se estaban derruyendo por seguridad de los habitantes.

Los medios juegan el papel principal de la obra y son quienes mueven las piezas del tablero convirtiendo la causa de apoyo en una especie de solidaridad sintética y efervescente en la que se hace sólo lo que ordena el televisor o los móviles, mientras el calor de los reflectores viva, pero que perece al paso del tiempo. No sobra remarcar que aún hay muchos lugares en los que hacen falta apoyo y recursos, y que no porque haya pasado la fiebre el problema desaparecerá.

Han pasado ya nueve días y las labores de rescate han cesado, la fase dos ha comenzado para derruir las construcciones que corren peligro y darle paso a la reconstrucción de un nuevo país.

En las calles, se observan personas asustadas, algunas sin luz, sin agua, en albergues o resguardadas por la paranoia de que se repita éste desastroso evento. Esperando lo mejor y recobrando la energía para seguir. Así como hace 32 años. Así como siempre.

Poco a poco la solidaridad que los días subsecuentes al temblor se experimentó ahora se siente cada vez más diluida y cada vez más, se va perdiendo la atención ante lo que apenas hace una semana movía a todo un país.

La ayuda no dejó de hacer falta, aún nos necesitan nuestros hermanos damnificados. Te dejamos una lista de los principales centros de acopio a los que puedes acudir con algún donativo.

Delegación Cuauhtémoc

Parque México

Parque España

Medellín y Chiapas en instalaciones de la Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial.

Miguel Hidalgo

Rubén Darío 115 en Polanco

Benito Pérez Galdós 139, Cruz Roja

Aristóteles s/n, Teatro Ángela Peralta

Prado Sur 440, en Lomas de Chapultepec

Bulevard de los Virreyes 1110, Lomas de Chapultepec

Benito Juárez

Plaza de Toros México.

Cuajimalpa

En Bosques de las Lomas:

Paseo de los Tamarindo 49

Bosque de Avellanos 142

Cerrada de Bezarez 130

Coyoacán

Estadio Olímpico Universitario

A México lo levantamos todos.


Conjunto disperso

 

Infinitas bestias las que el hombre venció para conocer la vida, inmensas vidas las que el hombre hurtó para conocer la muerte, infinitas mentes las que el hombre destruyó para conocer la razón.

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