Para dios tu alma, para mí tu piel
Armando Moreno tiene 27 años, y todos los días se levanta, sale a correr, almuerza, se baña y va a trabajar. Cuando tiene un poco de tiempo libre le gusta salir a caminar o ir al cine. Sus conocidos le dicen “Mando” y desde muy temprano va a Zanta Roost, un lugar de aspecto rudo, pero de vibra tranquila, en su interior guarda peculiares ornamentos. La pared principal exhibe cinco cráneos humanos y tres de animales, fotografías de personajes distinguidos, artistas, revolucionarios, representaciones prehispánicas y un particular cuadro que dice <<Para dios tu alma, para mí tu piel>>. Los muros laterales, cuelgan tablas de skate y ropa juvenil con temática rockera.
Al fondo están los instrumentos con los que Armando hace su magia, y se ven protegidos (por la derecha) con una repisa que tiene una colección de latas de cerveza (Corona, Tecate, Victoria, Indio, Modelo), por el lado izquie rdo la casa de María y Juana, dos iguanas que junto con las figuras prehispánicas que están clavadas a la pared son guardianas de Zanta Roost, un lugar ubicado en la calle Gaviota de la colonia Ciudad Cuauhtémoc en Ecatepec de Morelos, Estado de México.
Mando tiene una perforación en el lóbulo derecho, la ropa que usa es discreta, es un chico poco llamativo, su cuerpo alcanza a lucir trazos con tinta en su antebrazo izquierdo que al parecer llegan hasta el cuello por el mismo lado. Transmite calma, es educado y te recibe con una sonrisa que da confianza.
Hace cuatro años comenzó su vida profesional pero a lo largo de ocho años de trayectoria ha hecho más de dos mil trabajos. Su especialidad es el blanco y negro. No le da miedo trabajar con agujas ni máquinas que marquen permanentemente a las personas, así es, Mando es tatuador.
Me recibió amablemente, tomé asiento a un lado de él, delineaba su próximo trabajo, no quitaba la mirada de ese diseño, comenzamos a platicar:
Polar: ¿Cuándo eras niño tu imaginabas ser tatuador?
Mando: Pues siempre me acompañó mi pasión por dibujar, mi hermana fue de las primeras personas que vi que dibujaba bastante bien, yo quería hacer lo que ella hacía, creo que se nace con este don, no es algo que aprendas, como las personas que quisieran aprender a tocar un instrumento y se les complica, en este caso se me dio tenerlo naturalmente.
P: ¿Cómo fue que te llamó la atención del mundo del tatuaje?
M: La verdad, económicamente fue cuando empecé a darme cuenta que era algo en lo que iba a tener ganancias, pero jamás pensé que me iba a dedicar a esto y que me daría de comer. Lo hacía porque me agradaba , porque siempre ha estado el dibujo en mi vida, luego me quedé sin empleo y tatuando con la banda se empieza a hacer una “ronchita” de dinero y me doy cuenta de que sí hay de donde en este pedo.
P: ¿Cuántos tatuajes tienes?
M: Tengo en el lado izquierdo del cuerpo, me estoy tatuando todo el lado izquierdo porque es algo simbólico, algo representativo en el aspecto de que es el lado que recorre la vena que va hacia el corazón. Traigo los tatuajes de los momentos que más me han marcado a lo largo de los años, cosas buenas y cosas malas, es lo que se valora.
P: ¿A qué edad te tatuaste por primera vez?
M: A los 18, admito que tuve la tentación de hacerlo antes de esa edad, pero estuve centrado, todos deben saber que después de los 18 ya tienes permiso, antes no, pero actualmente está con todo la juventud, ya nos rebasó.
P:¿Tuviste que tener alguna formación reglamentada para poder ejercer tu profesión?
M: Claro, ya como profesión sí se necesita de eso, al principio todo era muy rústico, con la banda tú lo haces, es algo que se improvisa, pero ya como tal ahora tengo cursos de tatuaje, de pintura, de fotografía, tengo talleres que son los más importantes, te ayudan a tener un tarjetón como tatuador, que te certifica para que seas valuado.
P: ¿Cuáles son tus referencias o inspiración en tu trabajo?
M: Pues me agrada mucho el dibujo es algo que me relaja y me ayuda un buen, no lo veo como trabajo, lo veo más como arte, como hobbie, como terapia, también me agrada convivir con la gente, escuchar cosas, te vuelves hasta psicólogo cuando eres tatuador, escuchas de todo y cuando digo de todo, es ¡todo!
No admiro a alguien en especial, hay muchas personas que conozco y son muy muy muy buenas en lo que hacen, pero creo que esta onda está más enfocada a descubrirte a ti mismo, tu interior, y que tú tengas tu propia línea. En el mundo del tatuaje nos conocemos cuando vamos a expos y decimos “ahh, este diseño lo hizo tal persona” ya conocemos el feeling que trae. Es encontrarte a ti en los detalles que plasmas en el tatuaje. Aprecio a muchas personas pero eso de tener a alguien que me inspire, no, yo mismo soy mi propia inspiración.
P: ¿Qué es lo que más te gusta de tatuar?
M: La convivencia con la gente, el desestrés, el hablar, el saber que hay personas que cargan con cosas que ni te das cuenta, ellos te las hacen ver y las plasmas en el tatuaje y el tatuaje las expresa y las libera, es gratificante cuando vas en la calle y te saludan “¡buenos días, buenas tardes!” y es por tu trabajo. Es lo que me encanta.
P: ¿Cuáles son los diseños que la gente más te pide?
M: El infinito, las estrellas, coronas, tatuajes de pareja, el nombre del novio, la novia. No me agrada hacerlo, me gusta más lo espiritual, algo que se conecte con la persona, siempre se les hace la recomendación pero la decisión la tienen ellos, finalmente sigue siendo un trabajo y el cliente es el que paga.
P: Dime, ¿qué no has tatuado y quieras hacerlo?
M: Creo que ya he tatuado todo y todas las partes del cuerpo, pero sí me agradaría que alguien me prestara su piel y me dijera “orale, es tuya y haz lo que quieras, sin trabas” no ha llegado nadie que me diga eso.
P: Sabemos que el tatuaje sigue siendo un tabú en la sociedad, ¿Cuál ha sido tu experiencia como tatuado y tatuador?
M: Sí lo viví, hace años estaba mucho menos tatuado, en empresas me negaron el trabajo, en otro lugar me hicieron usar manga larga y me dieron una malla para tener todo el brazo tapado, me decían: “si viene el director y te ve, te va a correr”, fui discriminado. Hoy en día la juventud es más vale madres, se atreve y se ha destapado, pero me gustaría que ese atrevimiento se enfocara en abrir un negocio o hacer cosas buenas y no irse por el lado malo, en estos barrios bajos es donde te das cuenta que las personas se atreven a hacer algo diferente y que les vale madres, pero no es por el camino correcto, como tatuado es una mala experiencia, como tatuador es bueno saber que el tabú está disminuyendo.
P: ¿Qué opina tu familia y tus amigos de tu trabajo?
M: En una época no era aceptado por mi mamá, pero vio que era dinero muy bien remunerado y creo que ahorita ya lo acepta, ella es la única de la familia que me hace falta tatuar, no se deja, pero estamos en labores para que se deje, y como te digo, venimos de barrios bajos y creo que en el barrio siempre está la idea de que el tatuaje es muy chingón así que mis amigos coinciden conmigo, también hay chicas que les gusta que estés tatuado.
P: ¿Qué es lo más difícil al ejercer tu profesión?
M: El tiempo, cuando eres bueno en lo que haces, la demanda de trabajo es bastante y muy pesado, no comes a tus horas , no sales a la hora que tienes que salir ni entras a la hora que quieres entrar, tienes citas prácticamente todo el día, en un principio no piensas que es tan desgastante.
P: ¿Qué es lo que no te gusta del mundo del tatuaje y lo que te gustaría cambiar?
M: Me gustaría cambiar el tabú de las personas, que el tatuaje fuera más libre, que fuese visto como un arte, porque finalmente eso es y la gente no lo ve. No me agrada hacer escudos del Barcelona, no les veo coherencia, no se toma como algo significativo o sentimental, se toma por moda y no me gusta la percepción que tiene la gente, el tatuaje no es una moda.
P: Hablando del significado de un tatuaje, ¿tienes en mente una experiencia de algún cliente que merezca ser contada?
M: Claaaaro, una muy buena, estuvo muy padre, yo trabajaba en otro estudio, llegó una señora de más de 40 años y pidió un trabajo, había sufrido cáncer de mama y le extirparon el seno, le hicieron una reconstrucción pero la señora no tenía aréola, ni pezón, entonces me pidió que yo realizara un tatuaje simulando esas partes que le faltaban, lo hice…lo más bonito de esto es que al terminar la señora se ve al espejo, me abraza y llorando me dice “Gracias, ahora me veo completa y me siento mujer otra vez”. Te queda grabado lo bonito de esas experiencias.
P: ¿Cómo nace Zanta Roost?
M: En el estudio en el que trabajaba antes los horarios eran muy pesados y pues yo quería volar por mí mismo, le di las gracias a la persona que me apoyó y sin querer apareció un carnalito de la infancia que me propuso un negocio, donde tuviéramos un local para vender ropa y a la vez fuera un estudio de tattoo´s. Todo lo que está aquí lo hicimos manualmente, nadie nos ayudó, todo salió de la imaginación, en un principio pasamos por escasez de material y muebles, poco a poco mucha gente se nos unió y nos apoyó, ahora ya no nos damos abasto, pero gracias a dios desde el primer día que estoy aquí en Zanta Roost nunca me han faltado los clientes y siempre hemos estado aquí.
P: ¿Cómo te ves en un futuro?
M: Un sueño guajiro, con unos cinco estudios repartidos en la república y que Ecatepec sea la matriz, que sea algo grande, que cuando busques en google Zanta Roost salgan varios resultados , que sea bastante conocido el estudio junto con mi trabajo y el de mis colaboradores.
P: ¿Tienes un último mensaje para los que te van a leer?
M: “Para dios tu alma y para mi tu piel”, tatúense, pero algo bonito, tatúense algo signific
ativo, que valga la pena, que los represente, que salga del corazón a la piel.
Mando finalizó con una sonrisa, guantes negros de látex puestos, un cliente sin playera boca abajo, maquina en mano y el zumbido particular que daba anuncio a la creación de un nuevo tatuaje.
No olvides ver el trabajo de Mando en su pagina de facebook: Tattoo estudio dulce dolor
Contactarlo al : 55 76039457
o bien visitar Zanta Roost en: calle Gaviota, Mz 29 Lt 29, ciudad Cuauhtémoc, Ecatepec, Estado de México. CP 55067
